
Alrededor de 200 médicos de Baleares se han concentrado este lunes frente a los principales hospitales del archipiélago para mostrar su rechazo a la reforma del Estatuto Marco de la profesión médica propuesta por el Ministerio de Sanidad.
La movilización ha sido convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y secundada en Baleares por el Sindicato Médico Simebal, que ha organizado protestas en centros como Son Espases, Can Misses y Mateu Orfila.
El presidente de Simebal, Miguel Lázaro, ha denunciado que la reforma “no reconoce la singularidad de la profesión médica” ni la formación y responsabilidad que implica, y ha reclamado que se reconozca a los médicos con una categoría funcionarial A1+, similar a la de jueces o fiscales, junto a una mejora de las retribuciones básicas.
Entre las principales demandas, Lázaro ha pedido eliminar la obligatoriedad de las guardias, que suponen hasta 80 horas semanales, y que estas computen como jornada extraordinaria y para la jubilación. Ha advertido del impacto negativo en la salud mental y física de los facultativos, y de la imposibilidad de conciliar la vida profesional y personal.
Otros puntos de la reforma que generan rechazo son la movilidad forzosa, el nuevo régimen de incompatibilidades y la posibilidad de evaluaciones con penalizaciones.
La concentración en el Hospital Son Espases ha sido la más numerosa, con alrededor de 150 médicos, mientras que en Mateu Orfila han sido 35 y en Can Misses unos 15.
Las protestas forman parte de un ciclo de movilizaciones promovido por el CESM, que comparecerá el 13 de mayo en el Senado para exponer sus motivos. Si no se llega a un acuerdo con el Ministerio de Sanidad, convocarán una huelga estatal el 23 de mayo.