
Los pequeños agricultores de Baleares han alertado de los graves efectos que el cambio climático está teniendo sobre sus explotaciones, con fenómenos como la sequía, el aumento de temperaturas, las lluvias torrenciales y la salinización de los acuíferos.
Así lo ha explicado este jueves la secretaria ejecutiva de la Unión de Pequeños Agricultores de Baleares (UPA-AIA), Joana Mascaró, durante su intervención en la Comisión No Permanente de Cambio Climático del Parlament. Mascaró ha expuesto que estos efectos alteran el ciclo vegetativo de los cultivos, incrementan la proliferación de plagas y enfermedades y reducen la rentabilidad de las explotaciones.
Entre los efectos más graves, ha señalado la reducción de las precipitaciones y el impacto de las lluvias torrenciales, que erosionan los suelos fértiles, así como el aumento del nivel del mar, que saliniza los acuíferos y afecta a la productividad de las tierras.
En el caso de la ganadería, ha destacado los problemas de estrés térmico en los animales, el aumento de enfermedades y la disminución de la polinización debido a la reducción de la población de abejas.
Ante esta situación, los pequeños agricultores están implementando medidas de adaptación, como la modernización de explotaciones ganaderas, la adaptación de los cultivos a los ciclos climáticos o el uso de variedades más resistentes a la sequía. Además, muchas explotaciones han incorporado sistemas de recogida de agua, técnicas de agricultura de precisión y prácticas de rotación de cultivos para hacer frente a la crisis climática.
Por su parte, el miembro del gabinete técnico de UPA nacional, José Manuel Delgado, ha defendido que el sector agrario es responsable de solo el 12,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero, desmintiendo afirmaciones sobre el alto impacto ambiental de la ganadería.
Además, ha reclamado que el Ministerio para la Transición Ecológica tenga en cuenta la vulnerabilidad de las pequeñas explotaciones en sus políticas de transición justa y que el Pacto Verde Europeo garantice condiciones equitativas para los agricultores locales frente a las importaciones de terceros países.
“El cambio climático es un problema de todos y el sector agrícola está dispuesto a asumir su responsabilidad”, ha concluido Mascaró, haciendo un llamamiento a la colaboración entre sectores y administraciones para proteger la sostenibilidad del campo balear.