miércoles. 09.10.2024
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Un caballo afectado por el virus.

El sector de la hípica balear está viviendo actualmente una pandemia dentro de la pandemia que le ha llevado a suspender todas las competiciones oficiales y a cerrar todos los centros ecuestres ante la propagación del virus EHV4, que provoca casos de rinoneumonitis en los caballos.

El brote inicial se detectó a principios de enero en el sur de Francia, y desde entonces no ha dejado de expandirse, habiendo llegado a Italia, Dinamarca, Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, Eslovaquia y Emiratos Árabes Unidos. Y, en el caso de España, hay casos confirmados en Valencia, donde ya se han tenido que sacrificar equinos.

"Es de las enfermedades más graves que se ha dado en el sector, está produciendo daños neurológicos en los caballos", ha manifestado en declaraciones a MALLORCA CONFIDENCIAL el presidente de la junta gestora de la Federación Hípica de las Illes Balears, Gerardo Ortega.

A consecuencia de ello, "la federación, aun en contra del criterio de muchos centros y de muchos federados, ha cancelado las competiciones de carácter oficial para evitar que se propagaran los contagios", ha precisado este portavoz, que admite que la medida no fue bien acogida en un principio.

Esto se debe a que los centros ecuestres estaban en periodo de máxima actividad, ya que la hípica está permitida en el actual marco de restricciones por la COVID-19, al no tratarse de un deporte de contacto, por lo que la situación de los clubes había mejorado desde el confinamiento.

Competiciones suspendidas

Sin embargo, "la coexistencia de los dos virus es letal para nuestro deporte", ha manifestado Ortega, quien recuerda que el 14 de enero ya se habían suspendido las competiciones por la otra pandemia, la que afecta a las personas. "Además de las restricciones por el coronavirus se junta esta situación", ha lamentado.

Por otra parte, aunque "en Baleares no se conoce por el momento ningún caso de caballos afectados", el presidente de la federación ha recordado que hay equinos que "no lo manifiestan", mientras que otros "presentan síntomas incluso estando vacunados" contra el EHV4.

Así las cosas, la preocupación en la hípica balear es máxima y, por ese motivo, la Federación "solicita que se hagan todos los esfuerzos necesarios para cerrar la isla en previsión de posibles contagios, pero nos dicen que no es posible porque no es una enfermedad declarada como epidemia", hasta ahora.

Cambio de actitud

Tras comprobar el avance incesante de este virus, "todos los clubes hípicos han cerrado sus instalaciones y no permiten la entrada de caballos hasta que se normalice la situación", mientras que el ambiente que se respira entre aficionados y profesionales es de "mucha psicosis", al ser un virus muy contagioso.

Un aspecto que incrementa la preocupación es que "todos los caballos que entran en Baleares para hacer trote tienen la vacuna de la rinoneumonitis, pero a la hípica no se le exige". Y, por tanto, "no entendemos que la administración no lo haya comunicado antes, teniendo en cuenta que hay caballos de trote que acuden a hipódromos franceses", ha razonado Gerardo Ortega.

Paralelismos entre pandemias

La circunstancia de que el sector hípico esté viviendo esta pandemia -aún no declarada- dentro de la pandemia de coronavirus que afecta a los humanos viene a complicar la situación. Porque se dan paralelismos formales y circunstanciales más que evidentes entre ambas.

"Nos faltan vacunas, ha faltado prevención, ha faltado rigurosidad en la información que se ha dado, ha habido falta de comunicación entre administraciones, hay muchísima confusión respecto al brote y nos ha cogido desprevenidos a todos… Es exactamente igual que lo que ha pasado con el COVID-19".

La hípica vive una pandemia dentro de la pandemia que mata caballos