jueves. 28.03.2024
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Una patera amarrada en puerto. (Archivo)

La indignación de la Policía Nacional con las autoridades de la Comunidad Autónoma de Baleares, y en particular con el Govern y Delegación de Gobierno, va en aumento. Así lo demuestran las quejas que han llegado desde este colectivo a causa de lo que consideran una mala gestión de la llegada de las últimas pateras con inmigrantes a las islas.

Concretamente, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha hecho pública su reacción ante lo que tacha de "nefasta gestión de las autoridades competentes", en referencia al dispositivo ante la llegada del pasado fin de semana de embarcaciones procedentes del Norte de áfrica, sin que se prestase ningún tipo de asistencia a los recién llegados.

Esto supuso que "nuestros compañeros y las personas migrantes han estado largas horas en un dique portuario a la intemperie", dándose además el agravante de que varias de las personas rescatadas a bordo de pateras han dado positivo en COVID-19, habiendo tenido que custodiarlas los agentes sin ningún tipo de protección específica.

Concretamente, los 11 migrantes han pasado la última noche en el garaje de las Jefatura Superior de Policía en las Islas Baleares, en Palma, "tirados" en un suelo de cemento, sin medidas higiénico sanitarias y de seguridad adecuadas, y sin que se les asignara un lugar donde pasar la cuarentena.

Cansados de la situación

"Estamos cansados de esta situación, entendemos que es función policial parte de la gestión de la llegada de pateras a nuestras islas, pero no de esta forma, al ser un riesgo para la salud de nuestros compañeros, por lo que exigimos que se haga bajo unas condiciones dignas y seguras", ha manifestado el SUP en su comunicado.

Se da la circunstancia de que el malestar policial ante los hechos de este fin de semana se suma a los ocurridos una semana antes, en relación a la cuarentena de los jóvenes que vinieron a Mallorca en viaje de estudios y que se convirtieron en origen del 'macrobrote' del nuevo coronavirus.

La Policía Nacional manifestó sus quejas por el hecho de que se le ordenase oralmente y no mediante órdenes escritas limitar derechos fundamentales de personas que podían haber sido o no contactos cercanos de otros jóvenes que sí contrajeron el COVID-19.

Ambas cuestiones están dificultando la relación entre las autoridades y los cuerpos policiales al principio de una temporada alta que se anuncia compleja por el avance de la pandemia tras muchos meses de restricciones.

Segundo encontronazo de la policía con el Govern en 10 días