
El Govern balear ha impuesto una serie de medidas restrictivas en Mallorca a causa de la evolución de los contagios por el coronavirus COVID-19 en la isla, entre las que destaca el adelanto del toque de queda en toda la Isla a las 22:00 horas, que se mantendrán hasta el día 21 de diciembre, cuando serán revisadas.
Así lo ha anunciado a mediodía de este miércoles la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, en un encuentro con los medios de comunicación mantenido tras celebrar un Consell de Govern en el que se han aprobado estas nuevas prohibiciones y limitaciones, que se extenderán al menos hasta las puertas del periodo navideño.
En su intervención, Armengol ha justificado el cambio al nivel 4 (el superior) en el Semáforo COVID en que la "situación no es buena" en Mallorca, según reflejan indicadores como la incidencia de casos por cada 100.000 habitantes a 14 días. Por tanto, el color rojo trae limitaciones en reuniones, movilidad, consumo de hostelería, ceremonias, comercios, deportes y espectáculos. Y prohíbe el consumo de tabaco en exteriores.
Además, la presidenta ha precisado que hay tres municipios de la isla que registran unos datos especialmente preocupantes: Lloseta, Sóller y Muro, con entre 200 y 600 casos por 100.000 habitantes cada uno. Y que sufrirán restricciones adicionales, en la misma línea de las que han adoptado en Sa Pobla, Manacor y algunos barrios de Palma.
Más cribados de municipios
Los tres municipios más afectados serán objeto además de un cribado parecido al que se está realizando en los últimos días en Sa Pobla, otra localidad isleña en la que se ha detectado un repunte de personas infectadas.
Las nuevas restricciones impuestas por el Ejecutivo autonómico se ceban de nuevo en actividades como los gimnasios, la hostelería, los espectáculos y los comercios. Especialmente el interior de los establecimientos. Por este motivo, la presidenta ha reiterado que se debe emplear la mascarilla en todo momento en restaurantes, bares y cafeterías, excepto en el momento de consumir.
"Nuestra obsesión y preocupación es que esta enfermedad se propague" en Baleares, ha explicado Francina Armengol, quien ha descartado que la prioridad sea lograr la normalidad en Navidad, sino unas cifras de contagios más moderadas, y ha agradecido la colaboración de las instituciones y de la ciudadanía en la lucha contra la COVID-19.