viernes. 29.03.2024

La crisis sanitaria ocasionada por la Covid_19 ha generado un nuevo paradigma protagonizado por el teletrabajo y la conciliación. Dos aspectos que las familias han tenido que sobrellevar de la mejor manera posible. El trabajo del adulto, les “feinetes” de los niños, la comida, las tareas del hogar y todo ello encerrados en casa durante la primera etapa del estado de alarma. Con la desescalada los núcleos familiares han podido ir recuperando libertades pero con las escuelas cerradas la situación de seguir compaginando la rutina laboral con el cuidado de los pequeños de la casa ha seguido y sigue igual. El paso, el próximo lunes 8 de junio, a la fase 3 no implica que los alumnos vuelvan presencialmente a las aulas. La ‘nueva normalidad’ no llega a las escuelas y los padres y madres miran al horizonte con preocupación. 

No convence a los progenitores la ‘educación telemática’ y una formula híbrida de cara al próximo curso crea cierto desconcierto.  Ante esta realidad incluso el Gobierno está manos a la obra para legislar el teletrabajo y el Govern balear planifica medidas en temas de conciliación. El sentir de la sociedad es que ya llegamos tarde. Ha quedado evidenciado con esta coyuntura que no existen medidas reales de conciliación y que es inviable asumir trabajar desde casa y hacer de ‘maestros’ de nuestros hijos. 

El padre se queda en casa con los niños y la madre acude presencialmente a su trabajo

Joan Nadal es ingeniero y padre de dos niños, el mayor de diez años y el más pequeño de ocho. Él se ha quedado en casa teletrabajando y al cuidado de los niños mientras su mujer ha seguido asistiendo a su lugar de trabajo, una entidad bancaria, de manera presencial. 

Nos explica que han intentando establecer un horario y mantener unas rutinas “ No ha sido fácil mantener un horario, la situación a veces nos desbordaba. Trabajar y hacerte cargo de los hijos al mismo tiempo resulta realmente complicado”. 

Confiesa que sus hijos lo peor que han vivido del confinamiento ha sido tener que hacer los trabajos de clase. Los pequeños le decían a su padre que tenían la sensación de tener más trabajo ahora en casa que en el cole. Joan reconoce que “Al principio la escuela planifico una cantidad de contenidos que resultaba abrumador”. 

Precisamente, ante esta realidad, Joan Nadal pide a los equipos docentes que si de cara al próximo curso se vuelve a dar una situación parecida a la que hemos vivido “Deben de tener muy claras las limitaciones que tienen los padres que están trabajando ya sea fuera o dentro del hogar”. 

Seguir trabajando presencialmente durante todo el estado de alarma

Carolina Gallego trabaja en una entidad social de ayuda y atención a personas con diversidad funcional y tiene dos hijos, un niño de 11 años y una niña de 5. A pesar del estado de alarma y el confinamiento ha tenido que acudir presencialmente siempre a su lugar de trabajo. Su marido se ha quedado sin empleo y podía quedarse con los hijos en casa, a pesar de esta realidad, Carolina nos explica que no ha sido nada fácil adaptarse a la nueva situación de confinamiento y atender las tareas de aprendizaje escolar de los pequeños. 

Carolina asegura que las familias “Hemos hecho un esfuerzo titánico. Ha sido mucho caos”. Ahora le preocupa la situación de incertidumbre “ Me pregunto cómo mi marido puede reincorporarse al mercado laboral si aquí no tenemos familia y no hay clases presenciales”.  

La maestra que atiende on line los alumnos y cuida de su  hijo de tres años

Gemma Murillo es profesora de instituto y tiene un hijo de tres años de edad. Su relato es muy parecido al de Joan, respecto a planificar un horario y unas rutinas que permitieran llevar lo mejor posible el confinamiento. 

La voluntad de cumplir este horario se ha visto afectada por el hecho que ella ha tenido que teletrabajar y atender a sus alumnos. Asegura que la gran mayoría de los días se levanta entre las 6 y las 7 de la mañana cuando su hijo aún duerme para poder avanzar el trabajo “Tengo en mi correo electrónico cada día 50 mensajes que se suman a todas las demás tareas de coordinación que tengo asignadas si el niño está despierto concentrarme y realizar mi trabajo con calidad es imposible”. 

Gemma explica que “He estado muchas horas delante del ordenador y esto ha implicado en muchos momentos no poder atender a mi hijo”. 

Respecto a la educación de los alumnos tal y como se ha hecho durante el estado de alarma, Gemma asegura que es un sistema que en los alumnos de infantil y primaria no puede funcionar “ Debería estar mejor planificado. Se ha improvisado mucho sobre la marcha. Los alumnos de las primeras etapas educativas necesitan la figura del profesor y el contacto con los otros alumnos”. 

La periodista que adapta su trabajo para poder quedarse en casa con su hijo 

Ana Rubio es periodista y madre monoparental  de su hijo de 8 años. Después de la experiencia vivida nos cuenta con cierta preocupación que si de cara al mes de septiembre se plantea un sistema híbrido para volver a las aulas deberá seguir como hasta ahora teletrabajando “ Es muy duro teletrabajar y cuidar del niño a la vez pero no tengo familia aquí y no me quedaría otra opción que seguir trabajando desde casa”. 

Ana empezó el teletrabajo a raíz del estado de alarma; trabajaba de periodista de 8:00 a 16:00 horas y podía conciliar cuando el niño tenía clases pero una vez las escuelas cerraron tuvo que plantear a la empresa que no podía acudir a trabajar presencialmente “Me adaptaron mi lugar de trabajo y ahora realizo otras funciones que me permiten poder teletrabajar”. 

Actualmente su horario laboral es otro empieza a las 15:30 horas y acaba a las 23:00 horas “Por la mañana hacemos sus trabajos de clase e intentamos salir a pasear un rato o hacer la compra, comemos y después yo empiezo a trabajar. Paro sobre las 9 de la noche para prepararle la cena y sigo con mi trabajo”. Reconoce que durante su jornada laboral en muchas ocasiones no le ha quedado otra opción que “Le perimito a mi hijo jugar a la Play, la tablet, el móvil más de lo que me gustaría pero es la única manera de poder hacer mi trabajo”. 

La empresaria que se reparte entre su negocio y la atención a sus hijos

Rocio Díaz es propietaria de una tienda de ropa y complementos y tiene dos hijos, la niña tiene 11 años y el niño 6. Cuando el Gobierno decretó el estado de alarma cerró las puertas de su negocio pero nos explica que los costes han seguido siendo los mismos. 

Una situación económica que se ha sumado al hecho de tener que garantizar en casa material y recursos para que sus dos hijos pudieran hacer los trabajos de clase “Teníamos las puertas de la tienda cerradas, es decir, ninguna entrada de dinero pero si muchos gastos. Toda la familia en casa tantas horas supone más gasto de luz, agua, comida, etc.”

La situación se ha agravado nos cuenta respecto al hecho de poder conciliar una vez ha podido volver a abrir las puertas de su tienda, “Mi lugar de trabajo es presencial y los niños han continuado sin tener clase. En este momento ha sido aún más caótico”.  Rocio concluye que “Una vez acabada mi jornada profesional en casa sigue el trabajo para ayudar a mis hijos con sus tareas escolares”. 

Liderar un proyecto profesional desde casa participando de la educación de los hijos

Tupa Rangel trabaja de coordinadora en una entidad ecologista y es madre monoparental de dos hijos adolescentes de 18 y 11 años. Su relato inspira tranquilidad nos detalla que “Ante las tareas escolares hemos optado por el bienestar emocional. Mi jornada laboral es de 9:00 a 17:00 horas y ayudar a mi hijo a realizar sus ‘feinetes’ era una odisea”. 

A pesar de esto, Tupa es una madre muy satisfecha con la labor que lleva a cabo el cole de su hijo en Sant Joan “ Han sabido no cargarlos innecesariamente y los han atendido en todo momento emocionalmente con un seguimiento personalizado”. Asimismo, manifiesta que “Se ha demostrado que los padres y madres que queremos hacer homeschooling siempre encontramos muchos impedimentos con esta situación se ha demostrado que se puede hacer”. 

La experiencia del confinamiento asegura que les ha venido muy bien para repartirse entre los tres las tareas del hogar y por lo tanto “Sobretodo mi hijo pequeño ha aprendido a ser más autosuficiente. Nos hemos ayudado los unos a los otros”. 

Valora muy positivamente que la empresa donde trabaja ha sido muy consciente que tenía que teletrabajar con sus dos hijos en casa “En el trabajo también han estado muy a la altura y han entendido la situación. He recibido un trato muy humano. Me he sentido arropada y comprendida”. 

El teletrabajo y la conciliación: conoce los relatos en primera persona