
El extenista español ha reconocido en una entrevista para el pódcast ‘Serve’, conducido por Andy Roddick, que tomó la decisión definitiva de retirarse después de participar en los Juegos Olímpicos de París 2024. Aunque todavía abrigaba esperanzas tras la operación de psoas en 2023, finalmente entendió que no podría volver a ser competitivo al nivel que siempre le motivó.
"Después de los Juegos Olímpicos volví a casa y me dije: ‘Ok, ya está, hasta aquí’. Lo sentí, antes lo sentía, pero quería darme tiempo", explicó Nadal, quien aseguró que después de portar la antorcha olímpica en la Torre Eiffel comprendió que su carrera había llegado al final. "Pensé que no tenía sentido jugar más. Sentía que con este problema no iba a volver a ser competitivo al nivel que me motiva", afirmó el campeón de 22 Grand Slams.
El intento de volver tras la lesión en Australia
El manacorí también recordó cómo afrontó la lesión que sufrió en el Abierto de Australia 2023. En aquel momento, pese a sus dudas y a sus 37 años, decidió operarse y luchar por regresar al circuito. "Tres meses antes me sentía como uno de los mejores del mundo. Así que lo intenté", dijo Nadal. Tras pasar por el quirófano y completar una dura recuperación, notaba que su cuerpo seguía sin responder del todo. "No podía apretar, tenía limitaciones. Aunque no perdí velocidad de bola, necesitaba recuperar la confianza física y eso fue difícil", lamentó.
Un adiós que llegó en París, con la antorcha olímpica
Su participación en la ceremonia de los Juegos Olímpicos de París supuso un punto de inflexión. Nadal desveló que el Comité Olímpico le comunicó solo minutos antes de la ceremonia que sería el encargado de recibir la antorcha de manos de Zinedine Zidane, un momento que le emocionó profundamente. "Fue increíble. Subiendo al escenario estuve dos minutos esperando y me di cuenta de la magnitud de lo que estaba pasando. Empecé a llorar un poco y luego me dije: ‘Es el momento de disfrutar’", relató.
Su rivalidad con Federer y Djokovic
Durante la charla, el exnúmero uno del mundo repasó las dos grandes rivalidades que marcaron su trayectoria. Considera que su duelo con Roger Federer fue "más atractivo para los aficionados" porque era un enfrentamiento de estilos muy definidos. "Yo intentaba atacar su revés todo el rato porque su derecha es la mejor contra la que he jugado. Era como una partida de ajedrez", explicó. En cambio, con Novak Djokovic, asegura que el nivel de exigencia era máximo durante todo el partido. "Contra Novak tenía que jugar muy bien todo el tiempo, no había un plan único que funcionara", destacó Nadal, quien considera al serbio como "el jugador con mejor control de bola" al que se ha enfrentado.
Un final digno de una leyenda
Nadal cierra así una carrera legendaria en la que conquistó 14 títulos de Roland Garros y un total de 22 Grand Slams, dejando una huella imborrable en el tenis mundial. Su adiós se produce tras un largo proceso de reflexión y tras haberlo dado todo hasta el final, incluso en los peores momentos físicos. El balear se despide como un referente no solo por su palmarés, sino por su espíritu de lucha y su humildad dentro y fuera de las pistas.