El fiscal anticorrupción Pedro Horrach ha denunciado este viernes, en el juicio del caso Nóos, las "coacciones" que están ejerciendo las defensas de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarin y el exsocio de éste, Diego Torres, con el objetivo de que el exasesor fiscal del Instituto Nóos Miguel Tejeiro -cuya comparecencia debía reanudarse a las 9.15 horas y aún no ha empezado- no pueda declarar sobre las cuestiones más delicadas -y que podrían ser clave- que afectan a sus clientes por haber sido éstos asesorados en su día por Tejeiro.
El tribunal se ha retirado a deliberar al respecto y ello está ralentizando el ritmo de la vista oral, con trece testigos más pendientes de declarar después del exasesor fiscal y cuyo interrogatorio estaba previsto entre ayer y hoy. Entre ellos el del exvicepresidente primero del Gobierno Rodrigo Rato y el del exjefe de la Casa Real Alberto Aza, quienes están citados este viernes para declarar por videoconferencia. Rato se encuentra desde esta mañana en la Audiencia Nacional pendiente de ser interrogado a distancia por el tribunal.
Las magistradas, tras las advertencias formuladas por las anteriores defensas sobre qué temas podía abordar Tejeiro y cuáles no por su condición de asesor, acordaron que el testigo no debe aportar datos privados cuya revelacion "atente contra honor y la intimidad personal o familiar" de los afectados, o datos confidenciales de los clientes a los que asesoró. Sí puede declarar sobre informaciones de contenido patrimonial, tal y como le comunicaron.
Sin embargo, el hecho de que Tejeiro dudara este jueves sobre qué aspectos responder y se negara así a dar información sobre determinadas circunstancias -entre ellas, si Urdangarin y Torres desviaron al extranjero los fondos que obtuvieron de forma presuntamente irregular de las Administraciones públicas-, ha llevado al fiscal a aseverar que la declaración "está siendo totalmente coaccionada en base a un puro fraude procesal".
De hecho, ha incidido en que lo planteado por las defensas "es un abuso procesal", después de que tanto Urdangarin como Torres, en la declaración que prestaron como acusados, descargaran "toda la responsabilidad sobre el testigo". "Es una contradicción usar la vía del secreto profesional", ha espetado.
Está previsto así que a las 12.30 horas las partes vuelvan a estar presentes en el juicio, que tendría que reanudarse a las 16.00 horas teniendo en cuenta que a esa hora hay prevista una videoconferencia desde Estados Unidos. El retraso y las continuas interrupciones de la vista oral están impidiendo que ésta continúe al ritmo previsto.
EL ABOGADO DE TORRES ADVIERTE DE QUE PODRÍA DEJAR DE ASISTIRLE
Otro de los hechos que podrían afectar la continuación normal del juicio radica en la advertencia que ha realizado el abogado de Torres, Manuel González Peeters, de abandonar la defensa de su patrocinado después de que el tribunal haya acordado impedir a las partes entrar en sala con dispositivos móviles.
Durante sus cuatro primeras horas de declaración, Tejeiro subrayó en la tarde de este jueves que el Instituto Nóos "era una asociación con ánimo de lucro", pese a la imagen que Urdangarin y Torres querían proporcionar del Instituto ante las Administraciones públicas, de cuyas arcas desviaron más de seis millones de euros.
"Tanto es así que Nóos tributaba en el régimen general y no por el de asociaciones y fundaciones. Lo que hacía eran funciones de consultoría", remarcó Tejeiro, quien señaló que, además de contar con trabajadores ficticios para dar una apariencia real al Instituto y a otras empresas vinculadas, Urdangarin y Torres se repartían el 50 por ciento de los beneficios que obtenían.
Del mismo modo, Tejeiro aseguró que "nadie" de la Casa Real revisaba la actividad fiscal del Instituto. "Conmigo, nadie", incidió en su declaración, rebatiendo de este modo las afirmaciones efectuadas al respecto por Urdangarin y Torres. Respecto a la Infanta, el exasesor negó haber dicho en su día que ésta fuese un 'escudo fiscal' ante Hacienda en Aizoon, desmintiendo así las afirmaciones efectuadas ante el juez José Castro por Carlos Masià.