Este jueves se cumplen 20 años de aquel fatídico 31 de agosto de 1997 en el que Diana de Gales perdió la vida en un aparatoso accidente de tráfico en el Puente del Alma en París. La 'reina de corazones' se encontraba en la ciudad gala pasando unos días de vacaciones junto al magnate egipcio Dodi Al Fayed.
El destino o no, ya que se ha podido saber que existe un manuscrito en el que la propia Diana sospecha que el padre de sus hijos, Carlos de Inglaterra, estaba planeando un accidente de coche, a la temprana edad de 36 años, Lady Di se encontró de frente con la muerte al escapar en coche de unos paparazzi a más de 100 kilómetros por hora por las calles de París.
Solidaria como ninguna, la princesa de Gales siempre estuvo volcada con todo tipo de causas sociales. De hecho, gracias a su labor y su cercana forma de ser, se convirtió en la cara más amable y más querida de la Familia Real británica. Imagen que han querido perpetrar sus hijos, William y Harry.
Desde su fallecimiento no dejaron de sucederse las muestras de cariño por parte del pueblo británico. El Palacio de Kensington, altar improvisado, se llenó de flores, cartas y peluches en honor a la joven que cautivaba a todo aquel que la conocía. Tuvo una despedida como se merecía, los londinenses mostraron su cariño saliendo a la calle para darle el último adiós.
Veinte años después no podemos más que darle la razón a su íntimo amigo, Elton John, que en el funeral de Lady Di, en la Abadía de Westminster, versionó su canción 'Candle in the wind' vaticinando "tu llama se ha apagado, tu leyenda nunca lo hará".
