Ni políticos, ni técnicos de emergencia, ni tan siquiera los aguerridos miembros de la Comgebal, o los de la UME, de la Guardia Civil o los de la Policía Nacional, nadie mejor que la llorencina Catalina Adrover, para explicarle en menos de un minuto a Letizia la realidad del pueblo tras la mortal torrentada.
Porque Catalina tiene esa cara que define la nobleza y la sencillez de las personas honestas que, seguramente ha trabajado duro en la vida y que ahora la brutal torrentada la ha dejado sin nada.
"Sí, no queda nada en mi casa"
Y así se lo dijo a la experiodista y ahora consorte real cuando le preguntó qué había perdido en las inundaciones. "Lo hemos perdido todo. No queda nada en mi casa", le dijo Catalina llorosa pero con esa dignidad que solo tienen las mujeres que como ella, tanto han luchado por conseguir lo que tenían antes de la tarde-noche del martes 9 de octubre cuando empezó a diluviar de forma infernal.
La vecina de Sant Llorenç le ha dicho a Letizia que lo han perdido todo (Foto: IB3)
La cara de la dignidad de las madres y abuelas 'd'empenta'
Catalina es la cara de las madres y abuelas que han vivido esta torrentada de forma quizá más dramática porque a su edad no se merecían ver y menos vivir en carne propia semejante desastre natural, que tanto daño ha hecho a los vecinos de Sant Llorenç des Cardassar y a todos los municipios del Llevant afectados.
Catalina cuenta a IB3 TV que Letizia le dijo que "todo se compondrá, que todo irá bien"
La cruel realidad en 'menos de un minuto'
Y porque su edad se lo permite, por lo mucho vivido y a buen seguro bregado, no tuvo ningún reparo en dirigirse de forma espontánea a una Letizia, a la que reclamaba tocándole el brazo para reafirmar que lo que le estaba contando era la cruel realidad.
Y después Catalina, más serena y estupenda, resumía perfectamente en la televisión autonómica la conversación con Letizia. Que le había dicho que "poco a poco, que gracias a que estamos vivos, que todo se compondrá y que todo irá bien".
Difícil que un rostro sabio como el de esta mujer, Catalina Adrover, no se quede grabado en la retina incluso de la reina, que en las dos horas y media que estuvo en el pueblo estrechó decenas de manos y escuchó más de una historia personal también de gente mayor en el recorrido que realizó junto a Felipe por las casas destrozadas por el agua y el lodo.