En ocasiones, lo que parece una moda pasajera acaba por apropiarse de todo, o al menos parte, de un mercado. Un hecho convertido en realidad que podemos constatar los europeos con el reggaetón, un género musical cuyas raíces se encuentran en América Latina y el Caribe.
Desarrollado por primera vez en Panamá a principios de los setenta y posteriormente extendido en Puerto Rico durante los años noventa del pasado siglo, este estilo que cuenta con ese bailar tan característico, conquistó Estados Unidos antes de hacer lo propio durante la última década en el Viejo Continente. De hecho, muchos son los críticos y expertos musicales que comparan su impacto con el que tuvo la salsa hace ya casi cincuenta años.
En Mallorca, cada vez son más frecuentes las discotecas o clubes que apuestan por estos ritmos. "La música electrónica ya no da dinero. En cambio, el reggaetón si lo hace", afirma un propietario de una conocida discoteca del Passeig Marítim a mallorcaconfidencial.
"Antes, contratar a un deejay de electrónica con más o menos nombre nos costaba como mínimo entre 1.000 y 2000 euros y no nos garantizaba llenar la sala", explica antes de agregar que "ahora viene un chico acompañado por un pen y su ordenador y nos pone música durante toda la noche por 50 euros. Se que no es lo mismo para a la gente le da igual. Hay que adaptarse y a la gente joven, le gusta más este rollo que la electrónica, el rock o el pop" y matiza que "supongo que debe ser porque cuando bailan se arriman más".
Otro empresario de la noche mallorquina corrobora las explicaciones de su compañero de gremio si bien subraya que "antes no había tantas peleas como ahora. Supongo que el mensaje de las canciones aumenta la testosterona de los gallitos". Luego, y tras una breve pausa, confiesa que "a mi no me gusta que mis hijas escuchen estas canciones que incluyen letras tan machistas y tan poco respetuosas con ellas".