Los OVNIs volaban a una velocidad asombrosa y los testigos los vieron desaparecer rápidamente en dirección Sur.
Mallorca es una isla llena de misterios. En una semana marcada por Halloween, en Mallorca Confidencial aprovecharemos esta sección para contar algunas historias convertidas con el paso del tiempo en leyendas que han tenido lugar, según aseguran algunos, en nuestra tierra. La primera tuvo lugar en plena Guerra Civil, en concreto el 17 de agosto de 1936, en el mismo escenario en el que Rafa Nadal y Meri Perelló sellaron hace poco días su amor: la Fortalesa, en Pollença.
Aquella noche de verano de mediados de los años treinta, unos 80 soldados y varios oficiales del bando nacional se encontraban en el norte de la Isla. Un día antes, habían luchado contra el bando republicano, que llegó hasta la costa en submarinos. Así pues, todos permanecían atentos el mar y el cielo, ya que se esperaba un nuevo ataque.
“Creímos que eran nuevas armas aéreas que la Alemania nazi enviaba a los ejércitos de Franco”
De repente, tres artefactos aparecieron de la nada. Según los testigos, como a unos 3000 metros de altura. Su forma recordaba a la de un plato, que se desplazaba por el aire y despedían una luminosidad formidable. Los soldados estuvieron a punto de disparar. De hecho, algunos aseguraron haberlo hecho.
En el mismo momento, en otro punto de la Isla, el pintor argentino Roberto Ramaugé se encontraba en una terraza junto a otras personas observando el Mediterráneo. En un momento dado, el artista y sus acompañantes se percataron de la presencia en el cielo de tres objetos voladores muy brillantes. “Creímos que eran nuevas armas aéreas que la Alemania nazi enviaba a los ejércitos de Franco”, escribió el pintor en su diario.