
El Ayuntamiento de Santanyí ha pedido formalmente y por carta a la Delegación del Gobierno en Baleares que asuma la retirada urgente y definitiva de las pateras que se vienen acumulando en los dependencias municipales desde 2018, en una situación que se agrava cada vez que llegan nuevas oleadas.
Concretamente, la alcaldesa de Santanyí, Maria Pons, se ha dirigido a la Delegada del Gobierno, Aina Calvo, para reclamarle una actuación inmediata respecto a los embarcaciones que han llegado a la costa del municipio en los últimos años, y que fueron abandonadas por sus ocupantes.
Tal como explica la primera edil en la misiva, “la situación en estos momentos es totalmente insostenible; hay más de 30 embarcaciones almacenadas en los dependencias municipales de Santanyí, y es el consistorio quien tiene que asumir todos los riesgos que esto supone, tanto de contaminación como de incendio”, ha remarcado.
No es la primera vez que el Ayuntamiento de Santanyí señala esta situación, y por eso se solicita una solución lo antes posible para que se retiren todas los pateras y los sus restes que ahora se acumulen en el depósito municipal.
Cabe recordar el hecho de que cuando llega una patera, una vez que la Guardia Civil ha concluido sus procedimientos, es la brigada municipal la que acaba por encargarse de la retirada de estas embarcaciones, que son trasladadas a un espacio donde no puedan ser una molestia o peligro para la ciutadania.
5 años de pateras abandonadas
De la misma manera, la alcaldesa Pons también ha valorado y agradecido el trabajo de la benemérita en el municipio, con quien la Policía Local mantiene una gran relación: “el destacamento de la Guardia Civil de Santanyí lleva a cabo una gran tarea, y no nos cansaremos de darles los gracias. La colaboración con nuestra policía local es estrecha, y todos velan por la seguridad del término. Pero esta situación de los pateras ha llegado a un punto donde se tiene que poner remedio urgentemente”, ha precisado.
En 2018 ya fueron retiradas una decena de pateras que se acumulaban abandonadas en el Caló den Busques de Cala Figuera por la mala imagen que daban, y en aquel momento el consistorio asumía el coste de su retirada y traslado al almacén municipal.