En Son Servera, los Servicios Sociales han sido una de las áreas que más volumen de trabajo ha asumido durante la crisis sanitaria de la Covid-19 y la declaración de Estado de Alarma que ha supuesto ésta. En este sentido, las demandas de la ciudadanía a causa de la situación han sufrido un fuerte incremento.
Primero, el servicio de alimentos, que se encarga de facilitar alimentos y elementos de primera necesidad a quien lo necesita ha pasado de atender 122 casos en el mes de febrero a atender hasta 183 en el mes de abril, lo que supone un incremento de 54 nuevos casos en solo dos meses. El aumento progresivo empezó a mediados de mes de marzo con la declaración del Estado de Alarma cuando en solo 15 días se sumaron 29 familias a este servicio.
Un aumento considerable
Por otro lado, los expedientes tramitados por los Servicios Sociales también han subido de forma considerable. «Cuando hablamos de expedientes nos referimos a personas que han acudido a nosotros para hacer alguna petición, ya sea pedir ayudas económicas, sociales, de alimentación o asesoramientos»; explica Margalida Bonet, regidora del área. En este caso, los expedientes se sitúan actualmente en los 199 en solo 4 meses, mientras que en todo el año 2019 se tramitaron 170 en total.
Las tramitaciones de RESOGAS han sido también una de las actividades de los Servicios Sociales con más incremento y es que, después de que el Gobierno autonómico aprobara rentas sociales garantizadas extraordinarias para agilizar trámites administrativos y poder tramitarlas telefónicamente, el Ajuntament de Son Servera ha tramitado un total de 127 en solo tres semanas.
A todo esto se tiene que añadir el número de llamadas telefónicas registradas que ha superado las 1.500 en estos cerca de 60 días. Los Servicios Sociales municipales se han reforzado durante esta crisis con un trabajador más y han aumentado su presupuesto inicial para poder hacer frente y dar respuesta a todas las demandas.
Hay que recordar también que este departamento ha seguido atendiendo aquellas peticiones fuera del Covid-19 y ha seguido atendiendo los casos ya existentes de domicilios en violencia de género, menores en situación de riesgo o situaciones de vulnerabilidad social, ofreciendo atención psicológica a quien lo ha necesitado o continuado con su servicio de atención domiciliaria para personas mayores que también ha crecido durante el confinamiento.
