viernes. 19.04.2024

El arte de insultar

Yo tengo dos neuronas, la seria y la bailonga. No se entienden entre ellas como es normal, las otras neuronas ya no funcionan al ritmo que debieren, la edad y el desgaste hace mella,  pero estas, ambas dos, están siempre muy activas. Por lo que hoy vemos por las redes sociales mi opinión es que mi neurona seria tiene mucho trabajo y la bailonga no para de partirse de risa, es decir, aunque bailonga es inteligente.

Estamos desbocados verbalmente o hemos perdido el sentido de la educación y del bien hablar. Mi opinión como he dicho es que mis amigas, la seria y la bailonga se han auto aplicado lo que San Mateo, según los Evangelios, Capitulo 6, versículo 3, dice: “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha” por lo que algunas veces, la menos inteligente insulta y la otra dice lo mismo, pero sin insultar.

En las redes sociales, vemos por parte de algunos usuarios que su argumento es solo el insulto y el ataque personal directo, no se si es resultado de los nervios del confinamiento o simplemente que la calidad humana de quienes practican esta forma de expresión. es tan miserable como sus propias palabras o que su cultura, aun con títulos universitarios, se ha quedado a la altura del más ignorante barriobajero, que por desgracia y vergüenza aún hoy quedan.

Está claro que el papel lo admite todo y no protesta, pero no deja de ser un reflejo lo que admite, de la personalidad de quien lo escribe.

Hoy nos llenamos la boca con el tema de la libertad de expresión, pero olvidamos que la libertad de expresión, o algunos lo olvidan, no significa insultar a tumba abierta. El insulto es una cosa muy seria y lo primero que hace es desacreditar quien lo produce. El insulto es la razón de los necios y necios son los que lo usan. El insulto es la degradación de la educación humana y deshumaniza a quien lo escribe, aunque opino que muchas veces quien los escribe no es consciente de ello. El insulto es la más perversa solución para denostar a un oponente. El insulto algunas veces representa la fuerza de quien no la tiene en el argumento. En mi opinión, la reitero, es el arma de los ineptos. Se puede opinar de todo, se puede debatir todo, se puede decir de todo y cuando digo se puede decir de todo, puede hacerse sin usar la ofensa directa del insulto.

Hay que tener el arte del insulto, y el arte del insulto es decir educadamente lo que decimos con palabras irreflexivas. Me enfada lo que mi oponente dice, no, lo que tu oponente dice no puede enfadarte jamás, te enfadas tu porque quieres, tus palabras me incordian, falso, te incordias tu porque quieres, y así sucesivamente, cada uno de nosotros nos encendemos porque queremos y aquellos que no tienen el arte para insultar, que repito es decir los mismo con otras palabras es que:  es que té sa coa de palla, molt fàcilment se li encén. No tengas tu la cola de paja.

El arte de insultar