viernes. 19.04.2024
Persona pidiendo en la calle

Médicos del Mundo ha atendido a un 40 por ciento más de personas sin hogar en Baleares que antes de la crisis del COVID-19, muchos de ellos trabajadores que se han quedado sin empleo.

Esta semana el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución para combatir el 'sinhogarismo' en la Unión. Reclama a los Estados miembro de la Unión trabajar para erradicar la indigencia para el año 2030. "Es necesario focalizar los recursos y la inserción sociolaboral, pero sí se puede conseguir", ha considerado la coordinadora autonómica de Médicos del Mundo, Belén Matesanz. 

En un sentido similar se ha expresado el jefe de servicio de Inserción Social e Inmigración del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales, Sebastià Cerdà. El técnico del IMAS considera que eliminar el problema de la indigencia es un objetivo muy complicado, pero que en cualquier caso es necesario que las administraciones se pongan objetivos para avanzar.

Aumentan las personas sin hogar

Tanto desde el IMAS como desde Médicos del Mundo confirman que han constatado un aumento de los 'sintecho' en Mallorca durante los meses de la pandemia. Según datos de la Unidad Móvil de Emergencia Social (IMAS-Cruz Roja), a 30 de septiembre se contabilizaban 569 personas sin hogar permanente en Palma.

El último censo de personas sin hogar por parte del IMAS se llevó a cabo en marzo de 2019, y el próximo estaba previsto para 2021. Sin embargo, las difíciles circunstancias actuales han llevado a adelantar este trabajo, que se hará antes de terminar el año.

Los recursos de la red de inclusión del IMAS atienden a unas 450 personas sin hogar en los centros residenciales de Ca l'Ardiaca, Sa Placeta, Casa de Família y la Fundació Trobada, así como en los centros habilitados en Ruberts, Son Ribes y es Molinar. Además, 125 personas sin hogar forman parte de los programas 'Housing First' y 'Housing Led', que fomentan la inserción a través del acceso a una vivienda.

Cerdà ha recalcado que las cifras de personas sin hogar en Baleares son elevadas y que, aun a falta del recuento formal del nuevo censo, sí pueden asegurar que han aumentado.

Alto precio de la vivienda 

El elevado precio de la vivienda en Mallorca dificulta la reinserción social de personas sin hogar que atienden tanto el IMAS como las ONG. Según indican desde el Consell, personas que reciben prestaciones no han podido afrontar los alquileres por el aumento de precios.

Además, el encarecimiento de la vivienda provoca que las plazas de 'housing first' sean más costosas para la administración que las de albergue, cuando debería ser al revés. Según datos de la organización 'Pathways to Housing', en condiciones normales una plaza de 'Housing First' cuesta aproximadamente 52 euros por noche, frente a 70 euros por noche de una plaza en un albergue.

Sin embargo, el elevado precio y la escasez de vivienda en Mallorca provoca que este tipo de plazas salgan más caras para el Consell que un albergue, debido a que el IMAS se ve obligado a recurrir al mercado ordinario de vivienda y "pagar los precios que se pagan de alquiler".

Por ello, Sebastià Cerdà ha alertado de que el coste y la indisponibilidad de vivienda en Mallorca son "elementos clave" que requieren de "una estrategia clara" para erradicar el problema de la indigencia.

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