MC.- ¿Qué os habéis propuesto con la reapertura de este local con su nombre tradicional?
Patricia.- Queremos volver a reemprender una marca histórica como es la del Bar Cristal en Palma.
Rubén: Queremos convertir esto otra vez en lo que era, un sitio donde se reunía toda la gente Palma y también era un punto de encuentro para todos los que venían de fuera.
MC.- ¿A quién se le ocurrió la idea?
Patricia.- Mi padre nos ayudó bastante, la verdad, pero nos costó decidirnos, porque la situación en la que estamos no es la más adecuada. Pero, hay que ser valientes y seguir, porque no podemos parar.
MC.- ¿De dónde se saca tanta valentía en momentos tan difíciles?
Patricia.- Pues, no lo sabría decir. En estos momentos es más corazón que cabeza, tal cual.
MC.- En vuestro caso, la dedicación a la hostelería os viene de familia... Vuestro padre ya gestiona establecimientos hosteleros en el Hipódromo, la UIB o la Prisión de Palma.
Rubén.- Nosotros llevamos unos 20 años con él, y su recorrido es de casi 50 años en el mundo de la restauración. Por tanto, además de corazón creo que también tenemos la experiencia. Y vamos a poner toda la carne en el asador.
MC.- ¿Cómo estáis organizados?, ¿uno de los dos gestiona más que el otro, o bien, lo hacéis a medias?
Patricia.- Estamos a tope los dos, centrados en trabajar.
MC.- ¿Ha sido complicado poder mantener la marca 'Bar Cristal'?
Rubén.- No. Mi padre se reunió en su día con la familia Ramis para comentarles lo que queríamos hacer, y les pareció bien el proyecto. De momento, todo lo que nos llega de la gente cercana son cosas positivas. Les gusta que se vuelva a ver que es el 'Bar Cristal', así que no hay ningún problema.
MC.- ¿Sois conscientes de que estáis ayudando a que Palma vuelva a ser Palma?
Patricia.- Sí, todo el mundo nos lo está diciendo desde que salió la noticia y firmamos. La gente está muy contenta de que vuelva a ser un sitio emblemático, como era antes.
MC.- ¿Qué va a poder consumir la clientela en el nuevo 'Bar Cristal'?
Rubén.- Pues, básicamente, cafés, cerveza, ensaimadas, llonguets; y, luego por la tarde, una buena copita y todo lo que le apetezca al consumidor. Y que se pueda comer a cualquier hora del día, si las circunstancias lo vuelven a permitir. Lo importante es que si a alguien le apetece un llonguet a las siete de la tarde se lo pueda tomar sin ningún problema.
Patricia.- Viene a ser la idiosincrasia de toda la vida, pero adaptado un poco a los tiempos modernos...
MC.- ¿Os lo han puesto fácil para poner en marcha un proyecto tan ambicioso?
Rubén.- No tanto como eso, pero la propiedad se ha portado bien. El alquiler es el que es, teniendo en cuenta que estamos en el kilómetro cero de Palma, así que el sitio lo vale.
MC.- ¿Cuándo está prevista la reapertura del establecimiento?
Rubén.- En cuanto nos dejen. La terraza abrirá primero, cuando se flexibilicen las restricciones por el COVID-19, y el interior también cuando se pueda. En esa zona tenemos un par de sorpresas que pensamos que ya estarán preparadas cuando podamos abrir.
