sábado. 20.04.2024

Si vas, hazlo con todo

Como recuerdo esas tardes de sábado cuando, tras disfrutar de los sabrosos spaghetti de la abuela, nos sentábamos a ver una película como telonera de alguna de tus historias.

Cada sábado, inexorablemente, dabas a conocer una nueva crónica de tu pasado. Ya fuera en mar o en tierra, en tu pueblo o en un lugar recóndito, entre amigos o en la más completa soledad, afrontabas cualquier reto.

Todas ellas tenían un hilo conducto, el afán de lucha. Tu carisma y humildad restaban importancia a la valentía. Eras impredecible como la vida, una realidad muy necesaria que nos instruía en superación.

Ahora, con la treintena de edad, puedo analizar las múltiples sapiencias que me dejabas, la insignificancia de nuestras apuestas.

Puede que tengas mucho que ver con mi impulso tenaz, como cuando marchabas a trabajar lejos de casa para alimentar a tu familia.

Puede que seas culpable de este asesor que alienta a emprendedores para que apuesten por sus sueños, guiándolos en senderos digitales. Hoy me escuchan con atención, yo solo compongo las palabras que de ti aprendí: la única forma de no arrepentirte es habiéndolo dado todo.

Eres parte de sus éxitos, pero tu mayor triunfo es esta pasión que me alimenta.

En memoria de Antonio Santos Rodríguez, gracias por todo abuelo.

11 de diciembre de 2020.

Si vas, hazlo con todo