sábado. 20.04.2024

JeSuisSalchichon

El racionalismo tiene un nuevo enemigo: el etiquetado vegano. La Unión Europea, que ya prohibió los cigarros mentolados, ha dictaminado que se podrán usar expresiones como “hamburguesa vegetal” o “chorizo vegano”.  Pues bien, a propósito de este asunto mi tesis es la que sigue: el etiquetado vegano es un atentado contra la lógica, la ontología y la charcutería.

Y no voy a argumentar mi tesis porque considero que no hay nada que discutir con alguien que contempla la posibilidad de un chorizo no-cárnico. Mi postura es firme. No se pueden tolerar hirientes sintagmas como “salchicha vegetal” o “escalopes al tofu”. Y no por motivos ideológicos, sino lógicos. Incluso metafísicos diría. Nuestros agricultores harían muy bien en protestar si, por ejemplo, una empresa cárnica sacara al mercado “cerezas de morcilla” o “espárragos de contramuslo”.

Pero lo cierto es que la protesta está viniendo por parte de las empresas de productos veganos, los mercaderes del veganismo. La gente corriente sabe que una hamburguesa de zanahoria no es una hamburguesa, pero usa la expresión para entenderse. Este es un clásico problema de la teoría del lenguaje: la pragmática. O sea, el uso que le damos al lenguaje. En definitiva, que la gente llame como quiera a las hamburguesas. Pero, si un bistec puede ser de lentejas no veo por qué una manzana no puede ser de churrasco.

JeSuisSalchichon