El Fondo Monetario Internacional reconoce la buena evolución de la economía española. Alaba las reformas hechas y sobre todo el esfuerzo de sus empresas. Hasta ahí todo este texto podría entrar en la normalidad de explicar como nuestro país, no sin pocos esfuerzos, está en el buen camino económico. Aunque quede mucho camino por recorrer y que sobre todo sectores como el pequeño comercio siguen sin poder cumplir sus expectativas, es cierto que en general se crea empleo y riqueza y los datos son positivos como no hacía años que sucedía.
Es en este punto donde llegamos a un sinsentido. El mismo Fondo Monetario se carga de un plumazo el sistema de pensiones que tanto sacrificio nos ha costado levantar y mantener y aconseja a todos los trabajadores sistemas de pensiones privados. Es decir, que el dinero que ahorramos lo llevemos a los bancos para que ellos sigan construyendo ingentes beneficios dándonos una ridícula rentabilidad y la aparente tranquilidad de que tendremos garantizado este dinero para nuestra jubilación.
Eso por no entrar en otras recetas aún más conservadoras y liberales que nos ‘aconsejan’ las grandes mentes del FMI. Entre ellas se encuentra la de volver a subir el IVA. Una medida de este tipo acabaría de ser la puntilla para un consumo familiar que, ahora empieza a recuperarse con grandes titubeos.
Por extensión, más subidas impositivas acabarían ahogando nuestro pequeño comercio que está realizando esfuerzos titánicos para sobrevivir casi sin ayudas y desamparado por los poderes públicos.
Me asusta tremendamente que podamos caer en estas políticas ultraconservadoras que pueden dinamitar nuestro estado de bienestar, las conquistas sociales, y también a las clases medias que son las que sustentan la economía del país.