El concepto del community manager se ha visto gravemente afectado en los últimos años. Esta profesión está en crisis y no se valora como se merece. Hoy en día parece que todo el mundo puede ser un community; “un primo que tengo que es diseñador gráfico”, “mi pareja es informático y lo sabe hacer” o un clásico “tengo una amiga que se le da muy bien y tiene mucho gusto”.
Como consultora de marketing digital me he encontrado muchos empresarios que cuando les pregunto quién se encarga de gestionar las redes sociales del negocio me responden con las frases que he mencionado anteriormente. Esto es un error porque no todo el mundo al que le gustan estas plataformas sociales está preparado y formado para llevar a cabo esta tarea.
El trabajo y exigencia de esta profesión va mucho más allá que darle al botón de publicar, que hasta un niño lo sabe hacer. El community manager se encarga de diseñar una estrategia, gestionar una comunidad de seguidores de la marca, dar servicio de atención al cliente, gestionar crisis, evaluar impactos de las acciones realizadas… Y todo ello trabajado, consensuado y supervisado junto a dirección.
No basta con hacer un cursillo de 4 horas y ofrecer “tarifas económicas”. Este es un claro ejemplo de que lo barato puede salirte caro, y que la comunicación en este caso se convertirá en un gasto en lugar de en una buena inversión para el negocio.
Por todo esto, es muy importante que las empresas sepan quépreguntarles a estos “falsos profesionales” porque son los que desacreditan a los buenos community, ya sean freelance o agencias. ¿Qué procesos van a seguir? ¿En base a qué? ¿Análisis de la competencia? ¿Informes de impacto y seguimiento?También es interesante buscar a estas figuras en sus perfiles sociales, como Linkedin o incluso echar un vistazo a los comentarios de sus fichas de Google My Business, si tienen, claro.