jueves. 28.03.2024

La tiranía del WhatsApp

Hay barrios que están dominados por un grupo de WhatsApp, barrios de 6.000 0 7.000 vecinos que caben en un grupo de WhatsApp de 300 personas, las que deciden donde poder aparcar, cuando organizar una fiesta o quien participa en la misma.

Es la tiranía del WhatsApp, la misma del rollito de tener que abrir y compartir las fotos o los vídeos de turno, que no hay una norma concreta de cuantos enviar ni a que horas. Barra libre a la tontería, es que ahora hay que compartir, me suelto un pedo y uy que mala suerte no lo he podido grabar para poder enviarlo, haré guardia todo el día con el smartphone de última generación entre las piernas para que no se me escape el momento de gloria y hacerlo saber al resto de la humanidad.

Y de repente voy y descubro que como “es gratis” en vez de escribir una frase entera o media conversación, soy tan ocurrente que te envío un mensajito por cada palabra, total, no sé dónde estás ni con quién, ni si te puede molestar, en realidad me importa una mierda, soy lo más, te envío mensajes de voz, qué pasa no contestas al momento, te envío otro. Y luego dicen que no hay comunicación.

Sa Feixina

Creo que el monumento al crucero Baleares debe ser demolido, creo que la estatua de Jaume I debe ser demolida, creo que la cruz de Santa Ponça debe ser demolida, creo que celebrar cualquier acto que tiene que ver con un acto de guerra debe ser suprimido, no hay guerras justas, ni conquistas justas. Es igual el 12 de octubre en América que el 31 de diciembre en Palma.

EMT

Las feministas del Parlament y del Ajuntament no tienen hijos, no van en autobuses de la EMT, o no conocen a nadie que los coja. Padres y madres que van con un carrito, con un bebé, incluso con más hijos, se ven obligados cada día a abandonar por un espacio de tiempo indefinido a sus hijos en el interior del autobús.

La madre entra por la puerta central, aparca el carrito y al niño de turno, una vez abandonado, avanza hasta la parte delantera del bus, sola si tiene suerte o acompañada si va con más hijos, esquiva al resto de pasajero y se dirige hasta donde está el conductor y consigue validar su tarjeta o comprar un billete.

Una vez realizado el noble arte de pagar vuelve a su sitio, con la esperanza de que todo haya ido bien, el bebé esté en su sitio y no se haya alterado.

Qué vergüenza, ser feminista no quita que puedas ser inútil, está claro. Pero se presupone que vas a mirar por los derechos de las mujeres, incluso de las madres, no solo de los más importantes, también de los fáciles, sencillos, por los que no vas a conseguir un titular pero beneficiará a miles de madres cada día.

Caspa

En definitiva que el verano ya está aquí y de aquí a septiembre va a escribir chorradas otro menda, una última reflexión.

Llegaron para quitar la casta y han impuesto la caspa, el mejor champú contra la caspa es el Pelo Pantene, PP dicho de manera abreviada.

La tiranía del WhatsApp